Publicado por Escuela Agropecuaria Nº 1 Carlos Von Bernard El Tatú
EL TATÚ
Este paraje está ubicado a unos dieciséis kilómetros de la ciudad de Zárate, próximo al límite con el Partido de Exaltación de la Cruz, y vinculado por la Ruta Provincial N° 31 con el Partido de San Antonio de Areco. En torno al núcleo de equipamiento constituido por la capilla y las escuelas se hallan localizadas varias estancias como “Santa Lucía”, “Las Tres Marías”, “Los Mirasoles” y “Zamora”.
El nombre de este lugar fue tomado de la voz pampa con la que se referían a una especie de armadillo -un mamífero con caparazón compuesto de numerosas placas, las más pequeñas en la cola, generalmente de color pardo y hocico alargado- que era abundante en esta región.
Durante el período de la ocupación española esta denominación pasó a identificar al paraje del extenso Pago de Areco que comprendía los actuales Partidos de San Antonio de Areco, Exaltación de la Cruz, Zárate y Campana.
Las referencias toponímicas más antiguas sobre el nombre Tatú se encuentran a mediados del Siglo XVIII cuando los padres jesuitas, propietarios de la Estancia llamada de Areco, agregaron a los puestos existentes otro con el nombre de Tatú o Tatuy, de corta existencia, pues luego de su expulsión en 1767, durante la administración de la Junta de Temporalidades -institución que administró los bienes de los religiosos expulsados- quedó en desuso. No obstante, la denominación del paraje persistió en el tiempo.
Durante la primera mitad del Siglo XIX, estas tierras pertenecieron primero a José A. Otálora y luego a la familia Insúa Díaz. Hacia la segunda mitad de aquel siglo, la propiedad de la tierra se fue fraccionando por las particiones hereditarias y nuevos propietarios accedieron a ellas. La intensificación de las explotaciones agropecuarias produjo un significativo aumento de la población rural, parte de la cual se conformó con el aporte de inmigrantes italianos: Andrés Gianfelice, Domingo Marina, Zungri, Ballerini, Iacavone, entre otros.
FIESTAS ITALIANAS DEL TATU
-Fiestas italianas en El Tatú. Primeras décadas del Siglo XX-
Sobre el particular, el Ing. Agrónomo José Bernardo Ibar, nativo de la zona del Bagual, brindó en diciembre de 2011 el siguiente testimonio al Prof. Sergio D. Robles: “Yo tengo cuatro abuelos que fueron extranjeros, uno Ibar, tenía el almacén de ramos generales en la esquina de Ituzaingó y Justa Lima. Mis abuelos Ibar eran de origen vasco francés, en cambio los Marina procedían del norte de Italia, mi abuela era tirolesa, cercana a Trieste, ellos estuvieron más relacionados con el campo. Se establecieron, primero cerca de San Fernando, luego se mudaron a Pilar y finalmente se establecieron en la zona del Bagual que está a cinco kilómetros de aquí (Tatú), hacia San Antonio de Areco. Deben haber llegado hacia 1890 y tuvieron cuatro hijos: dos varones y dos mujeres; era un gringo muy trabajador, vino con una bandada de italianos que se instalaron cerca unos de otros; tenían unas 20 cuadras que son 33 hectáreas, esa era la base de las chacras de ese entonces. Luego fue comprando campos a los otros italianos, llegando a tener unas 2500 hectáreas que arrancaban desde el río Areco hasta el Alto Verde. Algunos los compró después de la primera guerra mundial y recuerdo que uno de ellos lo pagó seiscientos pesos la hectárea, precio que se mantuvo hasta los años cuarenta. Las familias realizaban diversos trabajos, desde el amasado de pancitos de maíz, la huerta, el cultivo, (la siembra se hacía a mano) y la cría de animales como cerdos, vacas y caballos. Todo el trabajo era con caballos”.
Ibar señaló, también, que “en toda esta zona hasta el río Areco las propiedades fueron muy subdivididas, no así del otro lado, pasando el río Areco, en el Partido de Areco donde estaban las estancias de Gabino Tapia, “La Bamba”, el campo de Mariano Castex con 3000 hectáreas, Lavallol con más de 3000 hectáreas que estaba dedicado a la cría de caballos de trabajo, estaban los otros Castex, los Blanco, para el lado de Villa Lía, y estaba una heredera de Tornquist también con unas 3000 hectáreas, cerca de Villa Lía; en Zárate, en cambio toda esta zona, de lo que fue el antiguo Cuartel V, se establecieron muchas chacras, las de los Martinelli, Yacobone, Longo, Gianfelice y acá en el Tatú, Abal, que tenía un almacén”.
Para la población rural de entonces la creación de una escuela fue un hecho de importancia y el establecimiento constituyó un punto de referencia obligado en la historia del lugar. En efecto, en 1907, se estableció la Escuela N°16 “Fragata Sarmiento”; su primera preceptora y maestra de primer grado, con un total de 48 alumnos, fue Enriqueta Abal quien vivía en la zona y llegaba a caballo. Posteriormente, los docentes vivieron en la escuela. A fines de la década de 1940 se desempeñaban como directivos Olga Escola de Casassa y luego Marciano O. Urdinola.
Alicia Bochino, docente jubilada de larga trayectoria, recuerda que comenzó a trabajar en esta escuela hacia 1957, fue su primer trabajo como directora y maestra de grado.
Con gran emoción relató que: “Cuando llegué con una compañera, Elba Palacios, ambas con diecinueve años, teníamos miedo de vivir solas en la escuela, pero no había forma de viajar todos los días. Era la época en que no había nada, había sólo un tren del Ferrocarril Urquiza que llegaba a Escalada a las ocho de la mañana y pasaba de vuelta a las once y media, pero nosotras no llegábamos a tomarlo; de Escalada al Tatú hay unos cuantos kilómetros, de modo que nos iba a buscar un sulky que nos llevaba, pero para volver -el tren había pasado- teníamos que esperar allí a alguien que pasara porque por el Tatú no pasaba nadie; íbamos a Escalada y allí alguien tal vez pasaba, aunque había días en que no pasaba nadie hasta la noche y nos quedábamos desde las 12 del mediodía hasta la noche; un día, de la desesperación nos fuimos en la zorra del ferrocarril; pero así no podíamos seguir en pleno invierno, entonces la señora de Ustáriz nos ofreció una habitación en la Estancia “Santa Lucía” a cambio de que enseñáramos catecismo a todos los chicos de la escuela, que eran hijos de quienes trabajaban en su campo o en el de otros propietarios. De manera que llegábamos en tren hasta Escalada los días lunes y vivíamos en una casa de la Estancia de Ustáriz a tres kilómetros de la escuela, íbamos caminando o en el carro de los Basana, si pasaban por allí, y el viernes nos íbamos a Zárate como podíamos”. Para alimentarse, recuerda que “traíamos comida para el lunes y martes, pero como no había heladera, íbamos “muy frescas” por las casas y nos daban alguna mercadería o nos invitaban a comer”
Con respecto a la población escolar señaló que, por aquellos años, no era muy numerosa: “No concurrían muchos alumnos, solamente los que estaban cerca, no llegaban a treinta. La matrícula variaba por temporada, porque a veces venían a cosechar, venían los padres con los chicos, y los mandaban a la escuela, cuyo horario era de 8.30 a 12.30. La Señora de Ustáriz proveía de todo el material escolar, en especial, para los hijos de la gente que trabajaba en su campo. Ella ayudó mucho. También, en un galpón de la estancia de Ustáriz se realizó un gran baile conmemorando los cincuenta años de la escuela. Para ello, hubo que sacar todas las bolsas que había. La cooperadora, que por entonces presidía Alfredo Gianfelice, tuvo mucha importancia en la organización de aquel festejo”.
Desde 1972 y durante más de treinta años ejerció la dirección de la Escuela Iris Juárez. Ella es la autora junto a Rosa Quinteros de un historial de que se editó para festejar el centenario de la misma.
Escuela 16 El Tatú
-Escuela N° 16 “Fragata Sarmiento” en El Tatú (Fotografía 2011)-
çAnte una demanda de la comunidad educativa de la Escuela Nº 16 y de los padres de alumnos de la zona urbana que deseaban que sus hijos continuaran sus estudios en una escuela de nivel medio con orientación agraria y en virtud de las gestiones del entonces intendente municipal Dr. Aldo Arrighi, en octubre de1985, se crea la Escuela de Educación Media Nº 1, que comenzó a funcionar al año siguiente, gracias a la generosidad de la baronesa Vladimira María Juana Catinelli de von Bernard a través de su administrador Alberto Tablado, quien donó el terreno de una hectárea y la construcción del establecimiento educativo.
En agradecimiento a aquel gesto, la escuela fue bautizada con el nombre del esposo de la baronesa “Carlos von Bernard”.
Carlos von Bernard nació en Argentina en 1889 (su padre llegó al país en 1870, contratado por la Casa Bracht y Cía, de la cual fue más tarde socio). Cursó sus estudios en el Colegio Goethe de Belgrano fundado por miembros de la colectividad alemana, entre ellos su padre.
Sus estudios secundarios los realizó en el Liceo de Karlrube Alemania, estudiando piano y canto en el conservatorio de música. Regresó a Argentina ingresando en el Regimiento N° 8 de caballería. Años más tarde, en Londres, realizó estudios superiores en finanzas y economía.
En el país desarrolló actividades empresariales y agropecuarias, siendo propietario de la cementera “Calera Avellaneda” y en Entre Ríos su estancia “La Peregrina” gozaba de prestigio por la cría de Aberdeen Angus. Junto con su esposa fomentó al desarrollo de la literatura, el arte y el deporte y contribuyó con numerosas obras benéficas. Falleció en la ciudad de Buenos Aires el 17 de noviembre de 1973.
Oratorio en El Tatú
-Oratorio “Nuestra Señora de Vladimir” (2011)-
Por último, el conocimiento de este pintoresco paraje no puede quedar completo si no se hace mención al oratorio de “Nuestra Señora de Vladimir”, lindero a la escuela agropecuaria. Donado al obispado de Zárate – Campana por la baronesa Vladimira María Juana Catinelli de von Bernard, fue bendecido el 8 de diciembre de 1987, día de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen, por el entonces obispo diocesano Alfredo Espósito Castro.
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